hug

Tú, mi persona favorita, mi dulce tormento, el antídoto y mi veneno al mismo tiempo, mi muerte que da vida, eso y más eres en mí. Vuelves, me enamoras, me consuelas, me elevas, y cuando estoy en lo más alto, me dejas caer, siempre es así, y no me lo imagino diferente.
Siempre es igual, después de una fuerte desilusión, solo te vas, no enfrentas lo que pasó para buscar solución, solo te vas, y yo sola, poco a poco voy pegando, las alas que rompiste, mis lágrimas siempre terminan por remendar las fisuras de mí muy, parchadito corazón, solo haces lo que te tienes que hacer me enamoras, me desequilibras, y me dejas igual, así es tu amor, así eres siempre de egoísta.
Cuando termino de acomoda la última pluma de mis alas, cuando por fin creo que lo difícil ya pasó, cuando por fin enciendo una lamparita en mi oscuridad, mi celular vuelve a tocar tu melodía, en la pantalla hay un texto, “hola amor… como estas” siempre acompañado de una nota de audio por whatsapp, en la que dices despacito… “te amo… te extraño… ¿podemos hablar?”, ese es el momento cuando todo en mi vuelve a caer.
El solo escuchar tu voz me eriza la piel, soy a dicta a esa voz ronca arrepentida, soy adicta a ese abrazo comprometido que me hace olvidar mi dolor y me llena de esperanza, soy a dicta a esa mirada que me dice que será diferente, mirada que me hipnotiza y aunque sé que nada cambiará, me hace ilusamente creerte. Me declaro adicta a tus mentiras, soy dependiente de tus manos tocando mi cuerpo. Cuando regresas, mis manos comienzan a sudar, mi cuerpo a temblar, mi cerebro a desvariar, y mis labios a quererte besar.
Una vez leí que nadie conoce más su infierno que el que se quemó en él, también que si te vas a enamorar que sea con todo y los demonios del otro, por lo que resumo, que ya tengo trazado cada camino, todos los atajos, y están acomodados cada uno de tus demonios dentro de mi infierno, así como me quemas con un fuego abrazador cuando me amas, así me dejas helada por el comportamiento del invierno que hay en tu corazón, me provocas una dolorosa agonía que me encanta, pues pese a que sé que estando contigo estoy muy mal, cuando estoy sin ti sé que estoy peor, me siento peor.
Eres ese veneno que llena de vida mi interior, tu voz me envuelve cuando me vuelves a buscar y yo simplemente me dejo llevar. Vuelvo a permitirte que me beses, me acaricies, me hagas sentir tu amor, dejo que me dejes saborear las mieles de estar contigo, pero la felicidad aunque es bastante, nunca es por mucho tiempo, pues dos o cuatro meses y resulta que extrañas tu libertad, emprendes el vuelo y te vas, vuelves a ser el rey libre que vuela en otros cielos descubriendo nuevos cuerpos.
Eres lo suficientemente astuto como para llamar antes de que caigas en las redes de mi olvido y mi indiferencia, pero eres más cobarde que nunca decides quedarte, vienes me revuelves y de nuevo vuelas lejos, pero no lo suficiente como para que te olvide, ha pasado tantas veces, que ni yo puedo entender porque me ilusiono tanto a tu regreso, hay veces que quiero matarte a tiros y abrazarte fuerte para que las balas no te toquen.
No puedo detenerte pues tal parece que yo no quiero que te detengas, nunca ha sido de otro modo, y no me lo imagino diferente, solo sé que llegará el día en que lo lograré, en que por fin te sacaré de mi vida, en que por más veces que regreses, no volverás a entrar, tengo la fuerte esperanza de que esto algún día acabará.
¿Cuando? No lo sé, no sé si será en un mes en tres años o en varias vidas.